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La física del futuro, de Michio Kaku

En «La física del futuro», Michio Kaku, al igual que lo hicieron otros visionarios en siglos anteriores, como Julio Verne, plantea en su libro un viaje en forma de predicciones sobre el futuro de la tecnología y la ciencia que se desarrollarán durante el siglo XXI, cosas inimaginables y sorprendentes.

– Su libro es una predicción de cómo será el mundo en el siglo próximo. ¿No es un poco pronto para una predicción así?

– No. La gente que está inventando la tecnología que veremos en el futuro ya tienen prototipos. Para escribir este libro mi labor ha consistido en pedirle a esos mismos científicos que se imaginen el futuro y que me cuenten cuándo creen que estas tecnologías empezarán a aparecer en el mercado. Ellos ya tienen la tecnología y lo que hacen es proyectarla hacia el futuro. Por eso todas las predicciones que hice en «Visiones», el libro que publiqué en 1996, se cumplieron.

– Una de las predicciones de las que habla es que conseguiremos reproducir artificialmente casi todos los órganos del cuerpo humano. ¿Qué pasará con el cerebro?

– El cerebro es muy complicado. A corto plazo lo que haremos para rejuvenecerlo será inyectarle células madre que se le adherirán aleatoriamente. Tendremos que reaprender ciertas cosas como montar en bicicleta, pero la ventaja es que expandirá nuestra memoria.

– Si todos los órganos pudiesen ser artificiales, ajenos al malfuncionamiento o a enfermedades como el cáncer, ¿seremos inmortales?

– Creo que nuestros nietos tendrán la opción de llegar a los 30 y parar el envejecimiento de sus cuerpos. Actualmente la investigación sobre el envejecimiento está dando buenos resultados. Poco a poco vamos descubriendo los genes responsables del envejecimiento. Cuando eso ocurra podremos arreglar esos genes. No voy a afirmar que tenemos la fuente de la juventud, pero ya hay muchas vías con las que conseguiremos expandir la esperanza de vida.

– ¿Pero podremos evitar morir?

– Sí. Hay animales que no mueren de viejos, como algunos lagartos o tortugas marinas. Puede que acaben muriendo, pero no es por su edad. En zoológicos y otros entornos ideales no perecen. En su entorno natural fallecen por causas como accidentes, enfermedades o de inanición.

– ¿Hay alguna tecnología que según sus predicciones ya debería estar extendida, pero que aún no esté del todo desarrollada?

– Para mí una decepción ha sido la inteligencia artificial. Hay aspectos en los que hemos avanzado mucho, como en el desarrollo de máquinas con las que podemos comunicarnos; pero está siendo mucho más lento de lo que esperaba. Nuestros robots siguen sin tener conciencia ni poder pensar de manera independiente.

– Durante siglos el hombre ha buscado la forma de hacer posible la telequinesia y el teletransporte. En su libro menciona que la telequinesia será un hecho pronto. ¿Qué pasa con el teletransporte?

– Ya podemos teletransportar átomos y fotones, pero eso no son personas. Quizá dentro de una década consigamos teletransportar la primera molécula, como H2O o alguna similar. Pero el teletransporte real de un humano nos llevará siglos. Va a ser realmente difícil, probablemente porque somos muy grandes.

– En su libro menciona que con el tiempo alcanzaremos una «civilización planetaria» capaz de aprovechar todos los recursos del planeta. ¿Es este modelo de civilización compatible con el sistema actual de países, fronteras y aduanas?

– Mientras que tengamos que pagar impuestos para mantener el alcantarillado, el ejército, la Policía o cualquier otro servicio público seguirá habiendo naciones y fronteras, pero el poder de estas naciones habrá disminuido enormemente. Veremos como las naciones se van quedando cada vez más obsoletas. El dinero viajará sin límites de fronteras y la política seguirá el camino del dinero formando bloques comerciales como NAFTA o la Unión Europea.

– ¿Cuál es el factor más decisivo a la hora de determinar el éxito o fracaso de una tecnología?

– El factor esencial es el que he denominado «el principio del cavernícola». A grandes rasgos quiere decir que cualquier tecnología tendrá buena acogida si hay un paralelismo con cómo era la vida de los humanos en las cavernas. En las fogatas era donde una persona se informaba y hoy eso es Facebook y las redes sociales, pero multiplicado por un millón. Siempre confiaremos más la información que nazca de la interacción humana. La explicación es que nuestra personalidad no ha cambiado desde hace más de 100.000 años.

– En el año 2100 nuestros cinco sentidos estarán potenciados a través de la tecnología. ¿Si un ciudadano del siglo pasado nos viese, pensaría que somos personas o algún tipo de criatura fantástica?

– Seremos como dioses. Una persona de 1900 nos vería como a un mago o a un brujo con nuestros cohetes e internet. Pero cuando nosotros miremos a nuestros nietos a finales de siglo ellos serán como dioses griegos. Zeus podía mover objetos con su mente y nosotros también podremos. Venus tenía una salud y un cuerpo perfectos y gracias a la terapia génica y al uso de recursos como las células madre nosotros también alcanzaremos ese nivel. Apolo podía viajar montado en carros volantes y nosotros conduciremos coches que vuelan. Pegaso era un animal que se podía crear a placer y nosotros crearemos nuevas especies y recuperaremos especies que creíamos extintas. El poder de la mente, el poder de crear vida, la longevidad… Tendremos todos los poderes propios de los dioses.

– Usted ha afirmado que siente una especie de asombro infantil cada vez que reflexiona sobre el futuro. ¿Qué hay que hacer para que los niños se interesen por la ciencia y conseguir que alguien recoja el testigo?

– Todos nacemos científicos, preguntándonos por el universo, siendo curiosos. Cuando tenemos 10 años comenzamos a explorar, vamos al planetario, jugamos a los laboratorios. Pero eso va desapareciendo según entramos en la adolescencia. El presidente Barack Obama habló del «momento Sputnik», un instante en la Historia en el que el interés de la gente joven por la ciencia coge fuerzas. Yo tuve un «momento Sputnik» con el Sputnik. Entonces la gente me decía que mi deber era convertirte en un hombre de ciencia. Pero eso ya no existe. Hoy los mejores científicos proceden de China e India, mientras los americanos malgastan su tiempo en YouTube, bailando y pasándoselo bien.

– Si en el futuro todo el conocimiento que necesitamos estará a un clic de distancia o podrá ser insertado en nuestros cerebros, al estilo «Mátrix», ¿para qué habrá que ir a la Universidad?

– Pronto con pestañear tendremos acceso a toda la información sobre lo que estamos viendo gracias a nuestras lentillas. Pero cómo pensar, cómo crear estrategias y nuevas metas, eso seguirá requiriendo las habilidades que solo un tutor, un ser humano podrá transmitir. Y para eso habrá que seguir yendo a la universidad. La gente seguirá pagando por la interacción con los expertos que nos podrán enseñar a utilizar todas las herramientas a nuestra disposición.

Fuente: http://www.abc.es/20120208/ciencia/abci-michio-kaku-nuestros-nietos-201202080833.html

Las profecías de la ‘física imposible’

Recuperamos una entrevista que concedió el físico japonés Michio Kaku tras la publicación de su penúltimo trabajo «Física de lo imposible», la cual desvela que en el futuro serán posibles cosas inimaginables, por tanto, prácticamente cualquier cosa que nos planteemos podremos hacerla realidad… Probadlo!

Einstein dio grandes esperanzas a todos los científicos que andan a la caza y captura de las teorías más extravagantes cuando pronunció una de sus célebres frases: «Si al principio una idea no es completamente absurda, no existe la menor esperanza de lograr algo a partir de ella». En esa misma época, Einstein conseguía demostrar no sólo la existencia de los agujeros negros, sino también la noción de que el tiempo discurre más despacio cuanto más deprisa se viaja.

En la actualidad, uno de los físicos más prestigiosos del planeta ha examinado, detenida y minuciosamente, algunas de las fantasías clásicas de la ciencia ficción, como el teletransporte o la invisibilidad, llegando a la convicción de que dichos fenómenos físicos podrían, también, llegar a convertirse en realidad.

El profesor Michio Kaku, de la City University de Nueva York, ha descartado la posibilidad de viajar en el tiempo hasta dentro de unos cuantos milenios, por lo menos. Sin embargo, cree que tanto la fabricación de capas especiales que hagan a una persona invisible como el teletransporte podrían ser posibles en un futuro mucho más cercano.

«En muchísimas ocasiones se ha asegurado que algo es imposible, pero una o varias décadas después se ha demostrado su viabilidad», afirma el profesor Kaku. En su nuevo libro, ‘The Physics of the Imposible’ [La Física de lo Imposible], que acaba de publicarse en el Reino Unido, el profesor Kaku analiza toda una serie de fenómenos, aparentemente imposibles, y evalúa las probabilidades que tienen de llegar a producirse en la realidad.

Teletransporte. Cuando Gene Roddenberry se encontraba planificando los episodios iniciales de aquella serie de culto de la ciencia ficción, Star Trek, los estudios Paramount, que financiaban dicho proyecto, llegaron a la conclusión de que los efectos especiales que se necesitaban para recrear el despegue y aterrizaje de las aeronaves eran excesivamente costosos. Consecuentemente, Roddenberry se encontró ante la necesidad de hallar una nueva fórmula que permitiera que sus personajes pudieran aterrizar sobre la superficie de los lejanos e ignotos mundos que tendrían que visitar. «Roddenberry, entonces, dijo: ‘Muy bien, les trasladaremos a los diferentes planetas por medio de emisiones de partículas y así nos ahorraremos toneladas de dinero’», asegura Kaku en su libro. Aquella decisión, tomada con el exclusivo fin de ahorrar dinero, sirvió, en cambio, para poner los cimientos del teletransporte, epítome de la forma de desplazarse más característica de la ciencia ficción. Y, sin embargo, los físicos están ya, de hecho, llevando a cabo prácticas de teletransporte en la realidad. Tales experimentos se fundamentan en un fenómeno profundamente extraño, denominado maraña cuántica, que los físicos ya han utilizado para teletransportar un fotón a 142 kilómetros de distancia, que es la que separa las islas de La Palma y Tenerife, en las islas Canarias. No obstante, el profesor Kaku admite que los aspirantes a convertirse en nuevos capitanes Kirk tendrán aún que esperar un par de siglos antes de poder hacer lo mismo. «De hecho, los fotones no están realmente trasladándose de un lugar a otro, dado que los fotones originales se destruyen. Lo que verdaderamente se materializa al otro extremo del trayecto son unos fotones gemelos que tienen toda la información de los fotones previos».

Invisibilidad. Una de las razones que podrían explicar el hecho de que nadie se haya topado nunca con ningún viajero procedente del futuro podría ser, tal como sugiere el propio el profesor Kaku, que tales viajeros en el tiempo tendrían la capacidad de hacerse invisibles. «La invisibilidad a la manera de Harry Potter, por medio de una especie de capa, no es algo que actualmente se considere imposible», asegura el profesor Kaku. Asimismo, en su libro evalúa este fenómeno como la primera tecnología de ciencia ficción que, probablemente, se pueda hacer realidad. En su opinión, el desarrollo más prometedor de todos los que están previstos en este campo es la creación de una nueva y exótica sustancia llamada metamaterial. Eliminando reflejos y sombras, dicha sustancia lograría que cualquier objeto se volviera invisible.

Viajes en el tiempo. El profesor Stephen Hawking, físico de la universidad de Cambridge, ha dedicado gran cantidad de tiempo, a lo largo de toda su carrera, a demostrar que viajar en el tiempo es algo imposible. Si fuera posible, razonaba el profesor Hawking, ¿por qué no nos han visitado nunca viajeros procedentes del futuro? Sin embargo, el propio profesor se ha visto forzado, asimismo, a llegar a la conclusión de que, en realidad, no existe ninguna clase de impedimento en las leyes de la física que imposibilite viajar en el tiempo. «Hawking cambió su manera de pensar hace unos 10 años», señala Kaku. «No había ninguna forma de descartar que los viajes en el tiempo se pudieran llegar a producir. Por lo tanto, ahora afirma que, si bien viajar en el tiempo es posible, no resulta nada práctico». La forma en que este fenómeno podría llevarse a cabo consistiría en hacer dicho viaje tomando un atajo a través de un agujero de gusano, que conecte entre sí a dos puntos, o extremos, situados en el espacio. Las leyes de la Física indican que la intensa gravedad que se genera en un solo agujero negro es más que suficiente para desgarrar la estructura del espacio-tiempo, haciendo posible, en Consecuencia, la aparición de los agujeros de gusano. «Lo que nosotros, los físicos, pretendemos es crear nuestro propio agujero de gusano, de tal manera que si alguien se desplazara a través de esta estructura, iría para atrás en el tiempo», asegura el profesor Kaku.

Contacto con extraterrestres. Actualmente, los científicos están disfrutando de las mejores oportunidades de toda la Historia para poder ponerse en contacto con posibles extraterrestres. A pesar de que la Humanidad lleva décadas escudriñando el cielo en busca de alguna señal de vida exterior, dicha búsqueda ha sido, hasta el presente, absolutamente asistemática. Los astrónomos de todo el mundo han logrado detectar, hasta ahora, la existencia de alrededor de 300 planetas pertenecientes a otros sistemas solares parecidos al nuestro, aunque estos son, en general, gigantes gaseosos como Júpiter, lo que parece apuntar que no existen demasiadas probabilidades de que se pueda albergar alguna clase de vida en ellos. En la actualidad, los satélites están siendo muy útiles para reforzar enormemente la capacidad de los científicos a la hora de detectar la existencia de otros planetas parecidos a la Tierra. «Hasta estos momentos, tan sólo hemos escrutado unas 1.000 estrellas, aproximadamente, y eso no es nada», afirmaba el profesor Kaku. «Pero, a partir de ahora, esperamos poder analizar 1.000 veces más datos que los que se han recogido en todos los barridos del firmamento que se han venido llevando a cabo en el pasado. Y esa es la razón por la que somos mucho más optimistas respecto a poder establecer contactos con la vida extraterrestre». El profesor Kaku estima que un posible contacto con alguna cultura alienígena podría producirse en tan sólo unas décadas.

Fuente: http://www.elmundo.es/elmundo/2008/04/13/ciencia/1208106468.html